A simple vista puede parecer una contradicción, pues tenemos asimilada la vinculación consumismo-satisfacción. Consumimos porque sentimos la necesidad de algo, lo queremos, tenerlo nos va a hacer más felices, nos va a solucionar un conflicto, vamos a estar mejor.
Pero esa satisfacción instantanea que genera el adquirir un determinado producto se convierte en una insatisfacción a medio plazo, pues las expectativas de mejorar puestas en la posesión de ese bien material se esfuman una vez lo poseemos.
De todas maneras, lejos de darnos cuenta del círculo vicioso en el que estamos inmersos, lejos de salir del consumismo brutal en el que vivimos, ponemos las expectativas en la adquisición o posesión de otro producto, que, nos volverá a sumir en una mayor insatisfacción.
Así, es fácil ver en cualquier calle, tienda o centro comercial niños con el " Quiero...." en la boca, siempre quieren algo, siempre les damos algo, o les vamos a recoger al colegio con un "premio" independientemente de si lo merecen o no, con lo que estamos educándoles para el consumo, a tener por tener y a no valorar lo que se tiene ni a comprender el valor de las cosas y el placer por conseguirlas mereciéndolas.
Ésta es mi opinión, ¿qué os parece?
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